El pasado viernes realizamos una clase de Matemáticas en el Ansar, en ella teníamos que realizar varias tareas, y qué mejor sitio para hacerlo que al aire libre.
Un objetivo importante era trabajar en equipo. Todos los miembros del equipo debían trabajar en las tareas propuestas.
La primera tarea consistía en recoger dos decenas de hojas. Pero antes de realizar dicha tarea había que planificarla, y decidir cuantas hojas iban a recoger cada miembro del grupo.
Es decir, tenían que hacer un reparto: Si hay que recoger 20 hojas y somos 5 ¿Cuántas hojas recogerá cada uno? ¿Y si somos 4? ¿Y si somos 6? Así que, hay que hacer cálculos.
Tarea 1: completada.
La segunda tarea era realizar medidas convencionales y no convencionales. Debíamos medir un árbol del parque de diferentes formas.
Lo medimos rodeándolo con nuestros brazos. ¿Cuántos niños se necesitan?
En pies.
En pasos.
Y en centímetros.
En muchos casos se nos planteó una dificultad: como nuestro metro sólo medía exactamente un metro (100 cm), y el árbol a medir era demasiado grueso no nos alcanzaba. Pero se encontraron dos soluciones: ir midiendo de a poco con el mismo metro, mientras un compañero marcaba con el dedo las posiciones, o usar varios metros que se van juntando.
Tarea completada.
Y después de tanto trabajo, nos quedó tiempo para jugar un ratito.
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Al día siguiente en clase hemos comprobado los resultados y hemos sacado conclusiones.
Comprobamos si las decenas estaban bien hechas.
Si los repartos los habíamos hecho correctamente.
Las medidas con el metro, ¿cuánto miden 2 metros? ¿Y tres?
Y razonando llegamos a convertir las medidas que habíamos hecho en metros. Y a calcular cuánto faltaba para llegar al metro si el árbol medía menos de 100 cm.
La primera tarea consistía en recoger dos decenas de hojas. Pero antes de realizar dicha tarea había que planificarla, y decidir cuantas hojas iban a recoger cada miembro del grupo. 
